Autoayuda, sí. ¿Y ayuda a los demás?

Por Jonás Berea (jonasberea@gmail.com)
https://jonasberea.wordpress.com/

Peter Land, Back to Square One, 2015 (3)Corren tiempos de desorientación social y personal. Muchas personas viven en un pozo del cual no pueden salir, y en su entorno no encuentran los apoyos necesarios para avanzar en la vida. En una sociedad así es comprensible que en los últimos años se hayan puesto de moda los libros de autoayuda, cuyo planteamiento viene a ser: no esperes a que los demás te ayuden, empieza por ayudarte a ti mismo.

Bajo la etiqueta de “autoayuda” hay obras de lo más variado. Algunos autores recuperan algo del sentido común de toda la vida; esto, en un momento tan relativista en el que el sentido común casi ha desaparecido del horizonte, ya es un logro. Para muchas personas es todo un descubrimiento saber que existen las situaciones de riesgo psicológico que hay que evitar, o que el pensamiento positivo y el dominio de la voluntad son imprescindibles.

Otras obras de autoayuda no son más que libros-basura que repiten tópicos biensonantes pero en realidad vacuos, que te venden la moto de que puedes lograr absolutamente todo lo que te propongas en la vida, o que hacen un refrito de “filosofía oriental” y técnicas de marketing baratas.

Simon Sinek, autor especializado en motivación y liderazgo, escribió una frase muy lúcida: «Hay una sección entera en las librerías llamada “Autoayuda” y no hay ninguna sección llamada “Ayuda a los demás”». En algunos libros de autoayuda se destaca la importancia de ayudar al prójimo en los procesos de superación personal; pero, efectivamente, es significativo que el conjunto de la psicología para masas esté tan centrado en el “auto” (el yo, uno mismo) y tan poco orientado al otro, al prójimo.

Quizá el reto está en reforzar la autoestima personal sin caer en egocentrismo.

[Imagen: Peter Land, ‘Back to Square One’ (escultura, 2015).]